Tibaná celebró el Festival de la Arriería


Cultura
martes 16 de octubre de 2018

Dora García - Boyacá Radio


Arriería, una representación viva del trabajo campesino que una vez más demostró que no es tarea fácil


Llegó el día esperado para los arrieros de Márquez, era domingo 14 de Octubre, a las ocho de la mañana, el sol se ocultaba entre algunas nubes, el Parque Principal de Tibaná ya elevaba el humo de los fogones de leña que se preparaban para asar la carne, mazorcas y cocinar el cocido boyacense.

Vestidas de campesinas las tibaneses lavaban las ollas y limpiaban las papas mientras sus hijos instalaban las carpas que una tras otra vistieron las calles de gastronomía boyacense.

Los arrieros mientras tanto cercaron el Parque con sus caballos, ruanas, sombreros y tutumas; rudos y a la vez ansiosos por mostrar a los espectadores el talento de la Arriería pues en contados minutos se daría inicio al Concurso número 22.



A medida que la mañana transcurría y las nubes se alejaban del municipio, las calles se hacían más pequeñas por las muchas personas que se sumaban a la celebración. El humo ya perfumaba las calles de olor a carne y los niños enruanados corrían entre los caballos.

La esencia del boyacensismo cobraba cada vez más fuerza en un ambiente en el que todos representaban su papel con orgullo. Las esquinas se decoraban con canastos de mimbre, fibras tejidas; el escenario fue inundado por los más pequeños que se ganaron al público con coplas y poemas contando la realidad campesina.
Durante toda la jornada se realizó un desfile folclórico, danzas, poesía costumbrista, artesanías y hasta una exposición de pintura.



Los encargados de suministrar el guarapo de miel de caña, rodaban el barril y el buchoco, arriero a arriero les servían en las totumas una porción de esta clásica bebida campesina para matar los nervios de la competencia.

Cinco valientes mujeres campesinas dieron apertura al concurso, quienes con autoridad no solo ensillaron sus animales, también se le midieron a los hombres en el recorrido de dos kilómetros bajo el resplandeciente sol que parecía espectar también la competencia.

75 arrieros se sumaron, propios de Turmequé, Nuevo Colón, Jenesano, Úmbita y Toca; desde jóvenes y hasta ancianos, cargaron al caballo demostrando su agilidad y fuerza como primera fase del concurso. 
Era tanta la destreza con la que montaban los aperos de fique que visto desde lejos parecía sencillo, hasta ver el rostro de esmero en los arrieros levantando la carga típica.
Sudados, afanados, pero disfrutando su momento de exhibición, pedían un sorbo apresurado de guarapo a sus esposas y continuaban hilando las cuerdas en el caballo.

Fue un certamen a contrareloj agotadora, algunos caían al suelo al halar con fuerza los lazos, a otros se les caía la carga y volvían a empezar, pero todos gozaban de su arte mientras la multitud los aplaudía.

Una vez cargados los animales, se dió paso a la segunda parte del concurso, caminar 2 kilometros por Tibaná. Engalanados y orgullosos salieron del Parque Principal para regresar a las pocas horas, listos para disfrutar del delicioso cocido boyacense que los esperaba.

Los ganadores recibieron utensilios y herramientas para continuar trabajando el campo, su hogar. Una vez más los arrieros consiguieron ser el centro de atención y demostrar que su labor, no la hace cualquiera.


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